La farola LED es un accesorio de iluminación integrado que combina la Panel LED con un disipador de calor. Es un diseño común para accesorios de iluminación al aire libre. El disipador de calor está diseñado para disipar el calor producido por los paneles LED y prolongar su vida útil.
Los LED son muy eficientes y duran tres veces más que las luces estándar de descarga de alta intensidad (HID). También consumen mucha menos energía que otros tipos de luces, lo que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y los costos de mantenimiento.
También pueden ayudar a reducir el traspaso de luz, un problema importante en muchas ciudades. Esto se debe a que los LED son capaces de producir una amplia variedad de colores. Sin embargo, a algunos expertos les preocupa que puedan causar problemas a los residentes y la vida silvestre.
La luz blanca rica en azul brillante puede ser especialmente problemática para los residentes que tienen piel oscura o son sensibles al efecto Purkinje, una afección ocular que hace que las personas adaptadas a la oscuridad sean más vulnerables al deslumbramiento y otras formas de contaminación lumínica. Un estudio reciente encontró que incluso una pequeña cantidad de luz blanca rica en azul puede afectar el estado de ánimo de las personas y su capacidad para dormir, y puede tener efectos adversos para la salud.
Estas preocupaciones son la razón por la que la Asociación Médica Estadounidense emitió recientemente una nueva declaración de política sobre el alumbrado público. La AMA pide un cambio a LED fríos y difusos que se puedan atenuar o apagar cuando sea necesario.
Entre los beneficios del uso de LED se encuentra su larga vida útil, que varía según la aplicación, pero generalmente es de unos 10 años. Esto es de dos a cuatro veces más que la vida útil de las farolas de sodio de alta presión (HPS) que prevalecen actualmente.
La vida útil de una farola LED depende de varios factores, incluida la potencia de salida de los LED y el área de intercambio de calor entre los paneles LED y el disipador de calor. El diseño del disipador de calor del alumbrado público LED es importante para extender la vida útil de los LED, porque los disipadores de calor pueden tener tantos surcos como sea posible para permitir el flujo de aire y evitar que el calor se acumule en los paneles LED.
Otra consideración es el color de los propios LED. Diferentes LED producen diferentes colores y la calidad de los colores que emiten puede variar de un tipo a otro. Elegir el color correcto puede ayudar a asegurar que los residentes, la vida silvestre y la visibilidad del cielo nocturno no se vean afectados negativamente por el alumbrado público.
Otros factores que son críticos para la longevidad de una farola LED incluyen la temperatura, la humedad y el polvo. Las luces fluorescentes, por ejemplo, tienen una vida útil más corta que los LED a temperaturas más frías porque sus lámparas generalmente están selladas y no brindan un flujo de aire adecuado para promover un enfriamiento efectivo.
La Asociación Dental Estadounidense también ha instado a cambiar a LED fríos y difusos por su potencial para reducir el deslumbramiento y otros problemas de salud relacionados con la luz. En concreto, a la AMA le preocupa la posibilidad de que las farolas LED provoquen un deterioro de la agudeza visual, lo que puede derivar en dificultades para leer y conducir.
Esta es la razón por la que muchos municipios están reemplazando sus farolas tradicionales de sodio de alta presión por LED más ecológicos. Si bien este es un gran paso hacia un futuro más verde, requiere una cuidadosa planificación y consideración. Por ejemplo, la ciudad de Pittsburgh está buscando un consultor para desarrollar un inventario de alumbrado público en toda la ciudad, lo que ayudará a garantizar que todas las luces LED se coloquen donde sean más efectivas y menos dañinas.